sábado, enero 12, 2008

En espera de la batalla

Mientras esperamos el inicio de la batalla, hacemos muchas cosas. Me corté el pelo, para ir preparando a las personas que me rodean y a mí misma, para que vayamos asimilando mi nuevo "Look".
Pedí una cita con el dentista, para asegurarme que no habrá problemas adicionales con mi salud bucodental que puede verse afectada por la quimio.
Me metí a un lindo foro por internet de mujeres que están en mi misma situación y compartimos risas, canciones, mensajes de ánimo...
Debido a que aceptamos participar de un protocolo experimental para probar el Avastin y sus efectos sobre el corazón, el tema de un accidente cardiaco está presente en las conversaciones entre Edu y yo.
Eso es terriblemente angustiante: debemos prepararnos de manera anticipada a que algo pueda pasar, y yo quisiera enfrentarme al tratamiento con la certeza de que "todo queda arreglado".
Ese "arreglarlo todo" no es fácil y requiere tomar decisiones con respecto a testar sobre los bienes patrimoniales, pero también pensar en el "testamento biológico". Concepto bastante desarrollado en este país, aunque hasta el día de hoy no conocíamos su existencia. Poder decidir de antemano cómo queremos morir es para mí un hermoso derecho a la dignidad.
Así que, en medio de bellísimas muestras de solidaridad, de correos de amistad, de oraciones de las personas que nos rodean: religiosos y ateos, jóvenes y no tan jóvenes, cercanos y no tan cercanos, tenemos que enfrentarnos al tema también de la muerte.

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