jueves, marzo 22, 2007

Nuestro viaje a Costa Rica


Estuvimos unas semanitas allá, al calor del sol, de la familia, de los amigos. Tenía un poco de temor, pensando que me encontraría el país bastante maltrecho (claro, aquí los periódicos generalizan la situación de america latina, y no se fijan en Tiquicia como excepción), que me encontraría a mi papá más enfermo, o mi casa descuidada, o la lora desaparecida o muerta...

Pero no encontré nada de eso. Me encontré un país hermoso, con menos huecos en las calles, con más seguridad en las ciudades (síiii, aunque los ticos no lo vean porque están metidos ahí!!) con una industria turística mejorando cada vez, con más trabajos para los jóvenes (créanme, de verdad).

Fuimos con unos amigos de aquí, que terminaron enamorados de nuestra tierra, y nos vinimos contentos de haber podido constatar una vez más que Dios es Tico.
Ahora, a volver al trabajo intenso, a meter todas las energías en esto que estamos haciendo.
Claro, ayudará que ya empiezan a bajar las temperaturas...
Por otra parte, es hermoso ver cómo Rebeca va creciendo: hermosa chiquilla, inteligente y vivaz. Decidió que el colegio le dejaba demasiado tiempo libre y se consiguió un trabajo, algunas horas de cajera en un supermercado cercano a la casa que le darán unos cinquitos para pagarse los gustillos.
Empiezo a sentirme un poco culpable: resulta ser que ahora todos los miembros de la familia trabajan menos yo. Claro, mi trabajo es estudiar, pero bueno, no me gusta sentirme así... Voy a tener que encontrarme algo yo también. Talvés sea prudente esperar a pasar el examen de síntesis...ya veremos...