domingo, septiembre 03, 2006

Parece mentira...


Hace ya varios meses que no escribo....
Y no logro saber por que....solamente que pareciera que se van acomodando las prioridades de manera diferente...mis necesidades psicológicas han variado, como sin quererlo, como sin advertírmelo. Claro, escribir era una de ellas, y parece que ya lo va siendo menos... O talvez los meses de sol y de calor me dicen que estar sentada frente al computador es un desperdicio, cuando podés estar fuera, disfrutando del sol en cada poro, sintiendo el calor en todo el cuerpo, caminando todos los caminos posibles e imposibles, oyendo todas las lenguas, sentándose en todas las terrazas, tomando todos los cafés fríos que se aguanten.
He aprendido en estos meses que remar en un kayak es una sensación muy agradable, que me encanta el sol cuando cae perpendicular sobre mi cabeza, que el cielo tiene muchos azules y que el agua es compañera de los niños y los patos.
He aprendido que la piel desnuda es un hermoso privilegio, que los pies descalzos también, que no se conoce una ciudad si no se la camina (esto me lo enseñó mi amigo Cone). Que los mercados latinos y orientales tienen un olor particular que significa hogar y amigos, que uno puede entenderse en tres idiomas, siempre y cuando esté dispuesto a compartir las sonrisas... que deberían canonizar al inventor de los globos de colores...
Por eso no he escrito. Porque he andado por ahí, con alguna lectura nueva bajo el brazo, caminando, oyendo música y palabras, aprendiendo, remando, nadando.

También he aprendido a estar sola conmigo misma sin sentir que me falta algo. Eso es muy importante. Los amigos y las amigas no están aquí. Están en mi pasado. Y no se van a ir, porque son exactamente como los recuerdo. En un intento de recuperar a una de mis amigas, trato de buscar su nombre en Internet. En vano. No hay mucha gente que se llama Axial. Después de buscar su nombre en google, aparece, como sin quererlo, una adolescente que se llama igual, pero con otro apellido. No es ella claro, me digo. Pero su nombre es tan singular, que si no es ella, alguien debe haberle puesto su nombre a una adolescente en su nombre. Una adolescente que escribía un comentario en la página de Alejandro Fernández, pidiéndole al web master que añadiera fotos nuevas del cantante…
Catorce anos, quién tuviera catorce, o dieciséis, o veinte!… cuando las fotos del cantante favorito son una razón válida e importante para exponer su nombre al mundo…. Y para que una amiga de su tía Axial la encontrara en el ciberespacio.

Le pedí a la adolescente el correo de su tía, y me lo dio. Así fue como encontré a Axial. Y descubrí que vivimos a 8 horas de viaje. Y querría ir a verla. Y no me atrevo. No me atrevo a pedírselo. A lo mejor yo soy para ella una amiga del pasado. Yo no se si uno debe revivir los recuerdos. Levantar los fantasmas. Sacudir los recuerdos. Yo no se. Pero me encantaría.