lunes, julio 20, 2009

Hoy hace cuatro años...

Hoy hace cuatro años llegué a vivir a Montreal. El viaje, iniciado en el 2005 y que titula este blog, se gestó desde enero de ese año y fue el 20 de Julio que me recibió esta linda ciudad.
Desde ese día, debo decir que me he encontrado muchísimas joyas:
-Una hermosa ciudad, limpia y ordenada, unos parques maravillosos, pensados para el disfrute y la intimidad de los paseantes, centros de actividad académica de cuatro universidades serias que se dedican al desarrollo del pensamiento y de la ciencia,
una especial atención al arte y la música.
-He tenido la oportunidad de conocer quebequences de pura cepa y reconocer en este pueblo un montón de cualidades hermosas como la tolerancia, el trabajo, la solidaridad y la curiosidad. También he conocido muchos inmigrantes de los orígenes más diversos: desde los latinos que están dispuestos realizar los trabajos más humildes con tal de mejorar su situación económica, hasta europeas del este que renunciaron a sus encumbrados orígenes para venir a mezclarse aquí con todo el mundo, pasando por los brasileños que huyen de la violencia de sus ciudades o mexicanos que sólo estarán durante los meses de calor, recogiendo las cosechas.
Me repito hasta el cansancio que los seres humanos somos una joya en el planeta.

El proyecto que me trajo aquí -mis estudios doctorales- ha ido avanzando al paso que le corresponde, me ha permitido aprender muchísimo y si Dios lo permite, terminará dentro de un año. Tuve que aprender un tercer idioma, estudiar en tres, recibir cursos, escribir mucho y leer más. He recibido el asesoramiento y la compañía de profesores y sabios colegas de muy diversos países y orígenes, y todos con el afán de ayudarme siempre. He reflexionado mucho, he crecido mucho.

Mi familia, que decidió seguirme en esta aventura, ha tenido que hacer sacrificios que agradezco profundamente. Mis hijas dejaron a sus amigos y compañeros de colegio, mi marido dejó el clima que tanto ama, y todos nosotros hemos tenido que adaptarnos a una situación que no resulta fácil. Para nadie es fácil adaptarse a un lugar distinto a ése en el que están nuestras raíces.

He hecho amigos, le he hecho frente a cuatro crudos inviernos, al cáncer, a la muerte de mi papá y al cansancio. He crecido espiritualmente e intelectualmente. Puedo decir que no me equivoqué cuando tomé la decisión de dejar mi país, aunque no conocía las enormes consecuencias de esa decisión.

Soy feliz. Simplemente. Ya veremos lo que pasará al terminar esta hermosa aventura.
Por el momento, soy feliz.

1 comentario:

Sol dijo...

Iris:
Al leerte transmitís esa sensación de FELICIDAD enorme que sentís.
Tuviste que dar un gran paso … no es fácil tomar una decisión y mudarse a otro país con toda una familia.
Te felicito !!! te admiro mucho !!! has crecido … y se nota que sin duda fue una de las mejores dediciones de tu vida.