Otro de globalización

En un hermoso encuentro de esos que nos regala la globalización, se nos irá toda esta semana: tres académicos universitarios de Camerún, dos de Brasil, dos de Argentina, un venezolano y un mexicano, vinieron a conocer la Escuela de Tecnología Superior.

Como el evento se desarrolla con personas que no hablan el mismo idioma, me toca a mí hacer de intérprete entre el francés, el español, el inglés y los brasileños que se expresan en portuñol, por que todavía no hablo portugués.

Lo más interesante de todo, es la fluidez con que voy aprendiendo a llevar una discusión en varios idiomas, cómo hacer la distribución del tiempo entre la exposición y el intercambio de ideas, cómo animar a que se exprese el entusiasmo y la pasión del expositor y a la vez, poder transmitir esto en una interpretación a otro idioma y que no se pierda la magia.

Hemos hablado de educación, de tecnología, de alianzas entre las empresas y las universidades para fomentar la investigación, la transferencia tecnológica, la innovación.

Hemos reflexionado sobre los retos que implican los índices de natalidad, los desafíos de las competencias entre los bloques económicos mundiales, la calidad de la educación técnica y tecnológica... Hemos visto muchachos desarrollando prototipos, ideas para proyectos de innovación: el submarino a propulsión humana, el auto solar,

los sistemas de purificación de agua a base de plantas naturales, los sistemas de recuperación de energía....

Dos continentes, cuatro idiomas, dos realidades (el desarrollo y el tercer mundo)

diferentes sistemas políticos, diversas concepciones educativas y pedagógicas... Cada quien respetando y tratando de comprender la realidad del otro... y dando sugerencias y proponiendo soluciones...

Y todo transcurre en una armonía impecable, cada quien aprendiendo lo que puede y lo que le sirve para su trabajo y su país.

A mí que no me digan, esta globalización no tiene nada de malo.